Al principio, los recipientes de aluminio se utilizaban para almacenar agua. Pero con el paso de los años, esos recipientes se transformaron en botellas para mejorar su funcionalidad. Botellas de aluminio tienen que someterse a mucha presión y a varios métodos de prueba para ser útiles. Como el aluminio es muy propenso a agotarse en el agua, también necesita un aislamiento adecuado. Por lo tanto, se requiere un cuidado específico cuando se sirve agua envasada en estas botellas. La guía paso a paso que figura a continuación le ayudará a comprender todo el procedimiento.

Recogida de materias primas

La materia prima o principal de estas botellas es, por supuesto, el aluminio. Los fabricantes se aseguran de que el aluminio que utilizan sea reciclable, inoxidable y resistente a la corrosión.

 

Pasar por presiones extremas

Cualquier metal tiene que someterse a una presión extrema para formar una forma. Para crear una botella, se emplea una forma cilíndrica en la que el aluminio se comprime para formar la botella deseada.

 

Procedimiento de descuelgue

No se puede beber agua del aluminio moldeado. Existe el riesgo de hacerse daño con el borde. Aquí es donde entra en escena el proceso de cuello. El metal se envuelve en la boca de la botella de aluminio, dejando un espacio central ideal para el flujo del agua. Se hace teniendo en cuenta el tamaño del tapón.

 

Limpieza de las botellas

Una vez completado este proceso, los fabricantes pasan al siguiente procedimiento, es decir, la limpieza o lavado. En este proceso se eliminan todos los trozos y partículas de metal, suciedad, polvo y mugre.

 

Aislamiento con polímeros

Como ya se ha dicho, los artículos de aluminio deben pasar por un aislamiento, para que el metal no se agote en el líquido almacenado. Para ello se utiliza plástico polímero de alta tecnología. El aislamiento se realiza en el interior de la botella, tras lo cual ésta se calienta durante 10 minutos a alta temperatura.

 

Proceso de pulverización

Ahora que la botella está lista, se le da un aspecto metálico con un pulverizador. Además, también se le da un baño de ácido para que la capa de la botella se espese y se mantenga libre de óxido y corrosión.

 

Añadir detalles

Las botellas lisas no atraen a los clientes. De ahí que se añadan colores y diseños a las botellas de aluminio para aumentar su atractivo estético. La serigrafía, el gofrado o la tampografía son algunos de los métodos utilizados en este proceso. Además, algunas marcas pueden personalizar los diseños de la botella a gusto del cliente. Por ejemplo, se suelen imprimir nombres y logotipos.

 

Calentarlo de nuevo

Es necesario solidificar los detalles antes de envasar la botella para venderla. De ahí que el recalentado garantice que todo quede intacto y que el exterior sea lo bastante liso como para resultar agradable al cogerlo.

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